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Sandra Molina Arceo
Terrible y feroz pirata, natural de Les Sables-d’Olonne, Francia. Alistado en el ejército francés, prefirió quedarse en Santo Domingo a disfrutar de la aventura. Al poco tiempo comenzó a piratear en aguas del Caribe. Se dice que algunos de sus ataques como pirata fueron auspiciados por el gobierno francés.
Durante años aterrorizó las costas de Centroamérica. Cometió robos, asaltos y crueles asesinatos. Para atemorizar a los prisioneros y obligarlos a revelar la ubicación de las riquezas, abría con un cuchillo el pecho de una víctima elegida al azar, con sus propias manos arrancaba el corazón aún palpitante, y lo mordía para después escupir la sangre en las caras horrorizadas de los demás prisioneros.
En 1667, salió de Cuba una expedición para acabar con los temibles asaltos de los piratas. Los españoles no podían vencer al Olonés ni por tierra ni por mar, pero en uno de los enfrentamientos salió malherido, por lo que tuvo que refugiarse en la isla Tortuga por varios meses.
La siguiente expedición del Olonés y sus hombres fue a las costas de Campeche, lugar asediado constantemente por los piratas. En Laguna de Términos comerciaban libremente con los indios de la costa, y hacían grandes exportaciones de palo de tinte. Fue ahí donde los españoles lo atacaron con mejor suerte. El Olonés al verse sin salida, se hizo pasar por muerto, y cuando sanó sus heridas utilizó sus terribles métodos de tortura para que los nativos le ayudaran a salir de Campeche en canoas.
De esta forma volvió a aterrorizar las costas de Centroamérica por algunos meses más. Un naufragio lo dejó atrapado en las costas de Panamá, los indios de una tribu Kuna lo capturaron, lo destazaron vivo y lanzaron sus pedazos al fuego para comerlo.