La escritora Esther Seligson

Literatura - Personajes

“Esther Seligson no hace ruido, pero su literatura está aquí, en presente, al margen de las modas. No necesita flamear en el candelero —aunque sus libros exigen, sí, urgentes reediciones— porque a pesar de estar fechados en tiempos precisos y elocuentes mantienen vivo, inflexible, su testimonio poético, literario, filosófico.”

Vicente Leñero

En la conmemoración de sus 75 años de nacimiento, recordamos a Esther Seligson (1941–2010), escritora nacida el 25 de octubre en la Ciudad de México, en el seno de una familia judía ortodoxa. Escribió poesía, cuento, prosa poética y ensayo literario, fue una mujer apasionada por los viajes, la literatura, los mitos y el conocimiento.

            Estudió letras francesas e hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México y empezó a publicar a los 24 años de edad en la revista Cuadernos del viento. En 1969, apareció su primer libro de cuentos Tras la ventana de un árbol.

            En 1973 recibió al Premio Xavier Villaurrutia por su novela Otros son los sueños. Entre sus principales obras están Luz de dos (1978), Diálogos con el cuerpo y  La morada en el tiempo (1981), Isomorfismos (1991) y Hebras (1996), Rescoldos (2000), A campo traviesa (2005), Toda la luz (2006) y Todo aquí es polvo (post mortem, 2010).

            “No puedo decir que mi literatura sea judía —afirmaba— porque hay elementos de la mitología griega, de hinduismo y de taoísmo, soy una lectora apasionada del I Ching, de sofismo y de miles de cosas. Ahora evidentemente no voy a negar que soy judía […]; considero que mi literatura es más mexicana que judía y eso lo señalaron hasta en Jerusalén”.

            Otra de sus pasiones fue el teatro, al que dedicó muchas reseñas y ensayos; así como la traducción de autores como Edmond Jabés y Emil M. Cioran. Fue maestra del Centro Universitario de Teatro por más de 25 años.

            “Hoy, a la distancia, el teatro mexicano está en deuda con Esther Seligson —escribió Vicente Leñero—. […] sobre todo por la incisiva puntería con la que enfocó las realidades de nuestro teatro. Su aportación no se mide en número de artículos ni en cantidad de páginas, sino en la inteligencia, el sentido común y la justeza de sus criterios”.

            En 1990 publicó El teatro, festín efímero (Reflexiones y testimonios), una compilación de textos y entrevistas a los directores, dramaturgos y actores de una de las épocas más prolíficas de la escena mexicana.

            El pasado 25 de octubre se le realizó un homenaje que incluyó una mesa de análisis y una lectura dramatizada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en el que participaron los escritores José María Espinasa, Elsa Cross, José Gordon y la actriz Laura Almela.