El pulso ardiendo de Adolfo Sánchez Vázquez

Literatura - Obras

Antes de su determinante llegada a México, las inquietudes de Adolfo Sánchez Vázquez se inclinaban a la poesía. Su vocación literaria nació en Málaga durante sus años de estudiante.

               Su primer poema fue publicado en la página destinada a “literatura juvenil” de la Revista Octubre, se llamaba “Romance de la ley de fugas”, firmado bajo el seudónimo “Darín”.

               Apenas tenía diecisiete años, pero su interés humano y su visión política ya estaban bien definidos. El Romance versaba acerca de la “Ley de fugas” aplicada a cinco obreros por parte de tres guardias civiles; sin duda una denuncia hacia uno de los temas que conmocionaron a los militantes de la izquierda de la época.

               Amigo de los poetas del 27, entre ellos Emilio Prados, Manuel Rafael Alberti y María Teresa León. Fundó y dirigió junto a Enrique Rebolledo la pubicación Sur. Revista de orientación intelectual  de 1935 a  1936.

               La voz poética del español, estuvo siempre marcada por la necesidad de denunciar y de manifestar si solidaridad hacia los hombres:

 

“Un número de hombres sumergidos

en un mar de vinagre y peces congelados

un número de nervios y brazos desprendidos

por canales de sangre y agua enfuerecida

Millones de lamentos que nadan arrancados

frente a un mundo de huesos insepultos”

 

               Este poema hace referencia a los revolucionarios asturianos de octubre de 1934, víctimas de la represión.

               En esos años anteriores y ajenos a la guerra civil escribió los poemas que en 1942 –ya en México- fueron recogidos en el libro El pulso ardiendo.

               Adolfo Sánchez Vázquez demostró que la poesía también es una forma de acceder al pensamiento filosófico.

               “Una truncada práctica literaria y, más precisamente, poética, me llevó a problematizar cuestiones estéticas”, confiesa en su texto Mi obra filosófica, “y una práctica política me condujo a la necesidad de esclarecerme cuestiones fundamentales de ella y, de esta manera, casi sin proponérmelo, me encontré en el terreno de la filosofía”.

               En el año 2005 reunió su obra lírica en el volumen Poesía se divide en tres apartados: “Poesía en vela” -composiciones iniciales marcadas por el vanguardismo y compromiso político: “Poesía en guerra” -compendio de la lírica desde las trincheras- y “Poesía en el exilio” –lo que escribe desde el destierro, una reflexión y critica contra la injusticia y la indiferencia humana-.