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Corre el rumor de que los restos de Francisco Villa que se encuentran en el monumento a la Revolución de la ciudad de México no corresponden a los del Centauro del Norte sino a una mujer. Oficialmente los restos de Francisco Villa (Doroteo Arango, 1878-1923), se encuentran sepultados en el monumento a la Revolución. En el Diario Oficial de la Federación, con fecha 16 de noviembre de 1976, se publicó el ""Decreto por el que se ordena se proceda a exhumar y trasladar los restos del General de División Francisco Villa, del panteón civil de la ciudad de Parral, Chihuahua al monumento de la Revolución, en la ciudad de México"". En el mismo Diario, con fecha del 18 de noviembre de 1976, se puede consultar la sesión solemne del Congreso General con motivo de la reinhumación de los restos del General Francisco Villa.
Cronología de los restos de Villa desde su asesinato y hasta su re inhumación en el monumento a la Revolución.
¿De dónde surge la versión de que los restos que se encuentran en el monumento a la Revolución no son los de Francisco Villa?
Todo surge de la versión de 1931. De acuerdo a los mismos rumores, cuando la viuda de Villa cambió los restos de su extinto marido a la fosa 10, fue necesario conseguir otro cadáver para que ocupara la fosa original con el número 632. Paco Ignacio Taibo II, señala que ""Historiadores locales dan crédito a una historia según la cual, en marzo de 1931 una mujer joven que iba a Estados Unidos a curarse de cáncer, murió en el hospital Juárez de Parral"". Sin papeles que permitieran la identificación de la mujer, antes que sepultarla en una fosa común, doña Austroberta y Pedro Alvarado entraron en arreglos con el encargado del panteón para que la sepultara en la tumba original de Villa, que para esos momentos ya se encontraba vacía. De esa forma, la desconocida mujer fue enterrada en la fosa 632.
En 1976, cuando el cuerpo fue exhumado, supuestamente lo que encontraron fueron los restos de la mujer pues había botones de carey, un rosario en las manos del cadáver y tela de encaje. Se dice que el periodista Oscar Ching llevó dos huesos al notario público para que diera testimonio del traslado, ""y en eso estaba, cuando el director de un hospital local, el doctor René Armendáriz, de oficio ginecólogo, comentó que le parecía que el sacro era femenino y de una mujer joven"". Aún así, las autoridades no prestaron atención y continuaron con el proceso que concluyó dos días después en el monumento a la Revolución.
En su relación publicada en El Sol de México, Ching no menciona este pasaje y de acuerdo con su propia crónica, el notario y el médico estaban presentes en el cementerio por lo que no fue necesario llevar los huesos a ningún otro lado.
El más importante biógrafo de Pancho Villa, el historiador Friedrich Katz, en su obra ni siquiera presta atención a los rumores; da como un hecho que los restos de Villa sepultados en Parral son los mismos que luego serían trasladados a la ciudad de México.
Paco Ignacio Taibo II, en su biografía sobre Villa reúne las versiones y rumores acerca de que los restos que descansan en el monumento a la revolución son de mujer, pero no ofrece documentos probatorios. De hecho, lo asume con un sentido más cercano a la literatura novelesca y romántica al decir, que una vez más ""Villa logró evadir al sistema"".
Sean o no sean los restos de Villa los que descansan en el monumento a la Revolución, su idea de justicia y su lucha permanecen en la conciencia colectiva de la sociedad, lo cual, en todo caso es lo verdaderamente importante.